Ahora que no encuentro
las palabras que siempre pinté
esas que corrigen el tiempo
cuando todo se ve gris...
esas que te hicieron venir a mi
cuando la noche fría te martillaba la nariz
y el sentimiento cambiaba de piel.
Ahora recuerdo bien
los extensos números de aquel entonces
con su andar a un tiempo ágil
y los pudores llenos o satisfechos
que dejaron vencer la cobardía
y hasta les llamaba vida.
Ahora que a fuerza de querer ignorar
las pasiones de un antaño
reflexión y combate
sin más dulzura ni pulimiento
y sin mentiras confortadoras
me permito libertades.
Es ahora que lleno
ese calor constante y tranquilo,
ese lugar distinto a la pura afección,
ese que ofendí buscando a ciegas
en la estación del cuadrante,
ese que prometí escuchar
...El silencio.
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