Samstag, Januar 08, 2005
Pez rojo
Perfecta tarde
sólo el sol te atraviesa
viviendo lo escrito para mezclarte
a las alharaquientas muchedumbres de las aguas
con ciertas tendencias de naturalismo
y con incomparable entusiasmo.
Pez mudo en las profundidades
de tu lago artificial frente a la pérgola
relees los versos de cada paso y redes desplegadas.
Colocas tus guantes en la bolsa
te hundes en la banca, das la vuelta y
dejas que las horas, las frases y los pudores
alarmados o satisfechos rueden.
Apoyas el cuerpo en la división de las piedras
sientes la dureza cilíndrica del vientre
y al sentirle, te asomas por la rendija
como cuando tenías catorce años.
Siempre creíste que a partir de tus frases,
con ayuda del viento y sin raíces
eras tú el centro de las ondas haciendo circulos
cada vez mas anchos de todo lo que son...
El otro significado de tus palabras eran solo un puente
y no era posible escapar del único día puntual y libre.
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