Montag, Dezember 01, 2008

Pachelbel


Por primera vez, me ve sin ser visto,
las palmas se le abren,
gélidas, trémulas, secas, ardientes.
No toca nada más,
y condena a muerte la estúpida confianza de mi cuerpo.

Como respuesta de supervivencia
hurgo las sensuales vibraciones
que mi piel comunica a sus yemas
(piedra poseída por otra más fría)
y a cambio de mi insistencia su inexistencia.

El sabe que estoy aquí
con la mirada absurda de quien no ve,
que quiero negarle y decirle que no es cierto.

Ése es el orden que impongo a los recuerdos
no quiero oír más ese grito
que no vence la monstruosa alarma
de su ausencia y mi existencia.

Me ve y se detiene, qué hace, dónde está?
maldito, siempre tratando de asustarme
siempre haciéndome creer que no hay nadie más aquí
en mis espacios, ni él mismo...

Seguramente, se arrepiente a ratos
de su severidad y aprieta delicadamente
a esta loca, le acaricia la cabeza
y le cuenta historias lejanas hasta dejarla
muerta-dormida en las tinieblas.

Si aquí no hay nadie más que tu y yo tontita... tita... ta... ta... a...

los ecos me reviven suavecito, regreso fatigada a la cama
y nuevamente desconozco los instantes anteriores
a este segundo desplome de mi cuerpo.

Alles Liebe
^^(°°)^^

1 Kommentar:

  1. No he visto, mejor leído, a nadie que hable de sí mismo, de su intimidad y sensaciones como tú. Por eso te admiro.
    Bicos.

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