En las mañanas al despertar
regresas de mis sueños
con pudor ectoplásmico
recordándome el por que detestas
mi prosa engañosamente sencilla
y el oscuro animal que hay dentro de mi.
Te transmutas en mi existencia
y hasta las sombras amarillentas
pesan menos en mi espalda
cuando siento tus manos ásperas
manoseando mis espejos, gateando en mi.
(Al medio día, cuando me siento vacía y sola
es cuando maldigo más estar sin ti)
Entonces para no matar el alma
y el sabor que ya no depende de mis pétalos
intento correr con el tiempo tras de ti
para alcanzarte con mi lengua corriente
hasta donde no llegan mis lágrimas y decirte
que no soy mas feliz de verme triste
ni de perder espacios donde no te encuentras
ni de rasgar mi cuello con mil palabras
ni de mi arco iris de negros colores perversos
ni de nuestros "Samonis" imaginarios...
Morir cada noche como luna exhausta
será una buena arma de libertad personal
no más al mando de mis propias emociones
por eso cuando duermas te pido no te vayas
sin decirme a dónde vas.
HOla mi chikitaaaaaaaaaaaaaaaa, sabía que aquí sí que te encontraría, cómo estás, cómo te encuentras. LIndo el poema, como siempre me llegas dentro, hasta alguna lágrima ha querido cobrar forma en mis mejillas, pero no le he dado permiso para salir de su cuenco, no es plan de ponerme a lagrimear en el trabajo, con lo cotillas que son. Me ha encantado leer, a ver si me voy poniendo el día contigo. Nos vemos por algún sitio, pero nos vemos, te echo de menos. Un besazo grandoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
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