Lejos

La esquina de tu muerte
se golpea contra la ventana,
quiere salir,
quiere ser libre y dejarte en paz,
lejos de la realidad
que dejaste parir llena de ensueños
e incoherencias masoquistas
determinadas por la edad.
Lejos debe haber algo que te ancle,
algo que te haga olvidar de donde vienes,
algo bipolar del esferoide en rotación,
algo que pose para ti
como perro molido a palos.
Ah sí! lejos de tanta orilla
crecida en cielos caprichosos
cantando de tal manera
que los gorriones olviden sus plumas;
ah sí! lejos de la cercanía
de la presencia de su cuerpo
dando a luz a la faja del vestido lunar...
lejos; donde puedas emplearte
como frigorífico y prepararte
a cosechar productos lácteos
como óbice para aceptar el heroísmo líquido
y fluido de tus adentros.