Sentada esta tarde
donde mi corazón golpea las palabras
por esta tierra de pozos y cascadas
donde ninguna boca bebe
del agua espumosa que brilla
de ésta fuente
que se arrulla, que se duerme...
Que despierta
y se eleva cada instante
hacia el sueño que no olvida
(sueño es que no sea sueño)
sueño que nadie sabe, que no se pierde
sueño de las aguas
sangrientas de rayos de sol
secados a sí mismos
en la humildad de cada encuentro a voz,
de cada tímida llamada
en cada noche humeda, mojada...
Quien sabe por donde se me escurre hasta el alma
cuchareando la sabiduria de este día
sentada a la mesa de la vida.
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