Mittwoch, November 29, 2006

Los que un día fui















La mía es una herencia eludible
de fantasmas llenos de mi
que me arrancan latidos interpretando
el sustento de nuevos cuerpos.

Desde que vagaban por mis brazos
todos ellos elementos misteriosos
determinaban una sola tristeza.

Debo decir que había un gozo
en aquella jaula enamorada del frío
y el abismo que rodeaba mis senos,
no había manos que inventar ni labios que soñar.

(Era limitarme espantosamente
con todo lo que pensaba)

Ahora actúo sola, todos ellos se han ido
por tanto calor regado por estos muros
y pedazos de mi esclavitud dialéctica.

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