Esta membrana entre el mundo y la razón
la siento como leve niebla que me envuelve
y llena de materia y sus temidas consecuencias,
se que ella sabe que no soy la que mejor escribe
y que en ello no radica la más íntima fuerza,
ésta triste y melancólica niebla
me somete y atrapa por enteros turbios espacios
y me hace pensar más tarde
que yo no pude haber escrito todo esto
entonces, viene ese hermoso momento
de saberme construida de palabras
como regalo absoluto de un idioma lejano
donde me siento plena solución al juego
sin buscar sentidos ni significados,
hoy no importa traducir éstas letras
ni apurarse para hacerlo a tiempo,
hoy no quiero perder en ningún sentido
la cultura del individualismo
ni el humilde y bien amado modelo
que existe del propio e intraducible lenguaje.
Hoy mi poesía no tiene un sólo eco.
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