Entiendo que la ansiedad devora los huesos
por eso éste dolor en todas las figuras cristalinas
que abarcan mis sueños pues todos son como niños
y al ir creciendo dan muchas sorpresas.
En éstos charcos donde nadie me espera
como una fotografía burlada del tiempo
me quedo plasmada en las pupilas y a veces,
sólo a veces; la sintonía de los universos
me transforman en menos sumas.
Estos olores ignoran la intranquilidad del tiempo
y lloro porque mi viña no toma del buen sol
y se debilita entregando sin lengua
más allá del cansancio masturbaciones diarias.
Por último, éstos dedos nuestros de tanto leer
sienten en cada deseo de horas incumplidas
lo más oculto de nuestros sentimientos tachados
a la altura de cada una de las noches
donde nos hace falta cada vez más vida.