Cuando la tierra clamó contra mis días
alcanzaste a mi memoria en silencio
cual roble gigante inmenso en tí
Vacía de versos tropecé
con pensamientos lejos de aquí
entre el ir y venir y los labelos del tiempo
Regresaste como el farolero de hechizos
ofendiendo a la noche
brillando por tu ausencia apagada en mi
Me sumé al viento evanescente
en la vigilia del medio día
y conversamos de tí tan dulcemente que te sentí
Tierra, deja un poco más mi memoria divagar
déjame vaciar los versos farragosos, libros y palabras
cuando tenga que apagar el día para prender la noche
Y aunque la sed de suaves líquidos
me avergüence al valdear éste triste arroyo
consumido por perdones de errores,
déjame tejer con hilos extraidos del corazón
las telas de tus adentros y teñirlas
con mis ojos como si las fuera a usar mi amado.
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