Entonces se abrió la flor y aromó la habitación sin salida...
*
A la sombra del recuerdo
dormito con cuidado,
recreó cuencos con agua del olvido
y lanzo alientos entre hipos rítmicos.
Ya nadie me recuerda con un nombre que algún día tuve
ni en el sutil aire de peligroso aroma
ni en la sombra más alta de mis noches
Nadie que no sea yo.
Yo
que espero junto al río indeciso de la sangre,
Yo
victoriosa y no fecunda,
Yo
que florezco mi cuerpo con palabras.
Yo
Prometida al día y al vino como la esposa loca
y sin testimonios en su boda colérica.
Ya no existe más
la poeta en su mundo hastiado
ese hastío demasiado rebelde
que la llevo a la sombra de sus marchitos ídolos
por cierto, eternos todavía ...
Ya no viene más la friolenta aurora
a su encuentro a golpear vanamente sus paredes
para encontrar alguna flor marchita sobre su pecho.
Ya no vienen más entre sus alas
el soborno de plumas para una ley de vientos.
Aún así con otro nombre hecho de noches ,
Alguien la recuerda
en el equilibrio de procesos corporales
y sus aguas plateadas sagradas...