Todo duele menos,
quizás porque ahora
me atrevo a pasar el umbral
de esta pequeña casa judeo-cristiana,
quizás porque leí un libro que aún
no puedo abrazarlo como recuerdo
o porque leí con atención del pasado
porque el mío, es un cerebro
ordenado y acondicionado y sabe
que no debe leerse
de la última a la primera página.
Duele menos porque estoy abierta
a la nueva sensación de la primera vez
y mis amígdalas funcionan temblando
en nueva dirección contraria
...lugar secreto
vació de recuerdos, lleno de preguntas,
y no más creer que la violencia real
sólo existió en este mi torpe cuerpo
y este inútil silencio.
Duele sólo poco ya el tiempo entero
quizás porque ahora es evidente la vida.
